sábado, 21 de julio de 2007

¡Quiero mi helado!

Fuera mitos y mal entendidos, los helados son uno de los alimentos más completos y en verano son geniales.


Hace ya algunos años que se derribaron los falsos mitos sobre los helados. Que si provocaban caries, que si engordaban un montón, que si eran perecederos y provocaban intoxicaciones, que si tenían colesterol por un tubo, o que si eran fabricados con grandes cantidades de azúcares. Todo pasó a la historia.

No provocan caries porque inducen a la salivación, proceso que neutraliza la cariogénesis por su acción de drenado; tampoco engordan (haber ahora la más extremista, que no se empache con helados, ¡que ya vera al final del verano!), los de agua y sorbetes son bajos en grasas y calorías.
Tampoco provocan intoxicaciones porque al conservarse y consumirse por debajo de cero grados, la proliferación de microorganismos es casi imposible; el contenido de colesterol depende de la composición de cada helado, los fabricados con leche pueden tener pequeñas cantidades, los de agua no contienen; y en cuanto al azúcar, también depende de la composición, y desde hace algún tiempo se pueden consumir con sacarosa y sin azúcar.

Una vez aclarado esto, podemos decir, que helados hay para todos los gustos, que se clasifican según su composición, en helados de base láctea, sorbetes y de agua. Los primeros contienen más nutrientes y los segundos son más ligeros y menos ricos en nutrientes. Si nos parásemos a analizar su composición nutricional nos sorprenderíamos por su aportación de calcio a nuestra dieta, en el caso de los helados de base láctea. Esencial para niños y jóvenes, en fase de crecimiento, y que necesitan una ingestión diaria de calcio de 800-1000 miligramos. El helado aporta de media unos 135 mg por 100 g de producto, lo que supone del 10 al 15 por ciento de las necesidades diarias.

Además son ricos en vitamina D y proteínas que facilitan la absorción del mineral. El aporte proteínico de los helados es de 4 g por 100g de producto. Los de base láctea poseen un alto valor biológico y son fáciles de digerir. En cuanto a las vitaminas, su cantidad depende de la composición. Los cremosos poseen vitaminas liposolubles (A, D, E y K), así como riboflavina (B2). En los de hielo varia en función de la cantidad de fruta que tengan.

En resumen, el helado es el complemento alimenticio perfecto para los que estamos en fase de crecimiento. No debemos ser severos con nosotros mismos. No te comas diez en un día, si no quieres convertirte en un osote, pero date un gusto cuando quieras. Vale la pena.



Fuente: gaybarcelona.net

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